martes, 19 de mayo de 2009

Telarañas en el Taxi



Siempre he creído que ser taxista es un trabajo único y genial, sobre todo si trabajas en una gran ciudad, y es mucho mejor si has crecido en ese lugar, porque puedes sentir como late la calle, escuchar las historias de los cientos de pasajeros que se suben al automóvil, es algo muy gratificante, a veces cuando tengo que ir a Caracas por visita, o por estudio, siempre me entran unas ganas de abandonar todo e irme para allá a trabajar de Taxi, y dejarme atrapar por los brazos de la ciudad, hipnotizarme con sus luces de neón, y soportar la cola en la Francisco Fajardo en las tardes capitalinas, mientras escucho unión radio, es algo que algún día hare al menos por un tiempo, es un pequeño gran sueño, por ahora me conformo con imitar ser taxista en las calles barquisimetanas, de la misma forma en que un amigo trabajo siendo taxista en la ciudad de New York para prepararse para su papel protagónico en Taxi Driver, pero lo cierto es que últimamente me dedique como chofer privado, si así mismo, resulta que un amigo tiene una camioneta un poco lujosa, y tiene muchos contactos en los principales colegios de Barquisimeto, y siempre lo llaman para que le haga alguna “carrerita” en la “nave” de mi amigo, al principio a este no le gustaba la idea, de hecho siempre rebotaba a los chamitos que lo llamaban, pero al ver que le quedaba suficiente dinero para consumir alcohol en los night clubs de aquí pues se entusiasmo mucho mas, hasta el punto de salirse de las clases nocturnas para ir a buscar a alguien, y hacer la acostumbrada “carrerita” yo por mi parte era algo así como el asesor, yo le decía cuanto debía cobrar, a que zona debía o no debía ir, así que siempre yo también estaba en el vehículo, y como es de 7 puestos nunca influía mi presencia, además le prestaba mi conocimiento de todo Barquisimeto, ya que el es uno de los que nunca o pocas veces sale del Este de la ciudad, y yo por mi parte me he recorrido casi el 100% de las zonas de Barquisimeto, incluyendo las barriadas, y es que pienso que hay que conocer bien la ciudad de uno, hay personas que viven en el Este y nunca han estado por la zona industrial o por la famosa Pavía que dejo de ser peligrosa hace mucho.
Siempre era lo mismo, recuerdo que estábamos en clases de Estadística y lo llamaban y ambos salíamos hacia donde fuera, yo me quedaba con ¼ de las ganancias, incluso llegamos a hacer algunas carreras en Acarigua, ciudad al sur de Barquisimeto, lo cierto es que nos divertíamos muchísimo, cuando le hacíamos una “carrerita” a un chico o chica con gustos musicales de rock, le poníamos rock, si era una parejita le colocábamos “Careless Whisper”, si era una chica sola le colocábamos “Take My Breath away”, si eran rumberas empezaba a sonar la mente maestra de Wisin y Yandel, o alguna electrónica de Picotto, Cox o Van Buren, cuando los clientes querían hablar hablábamos, cuando querían callar callábamos, cuando se sentían con la autoestima baja, mi amigo le echaba los dogs, y a las chamas se les subía un poco el ego, o si era un chamo despechado era yo quien le daba algunas palabras de apoyo. En definitiva vivíamos tiempos agradables, las noches las terminábamos en el bunker o en su casa tomando tres tragos dobles de Escoses cada uno de nosotros, ahora bien durante ese tiempo vimos cosas increíbles mientras estábamos sobre las cuatro ruedas, una de ellas nuca se me olvidara.
Eran aproximadamente las seis de la tarde, y estaba lloviendo en Barquisimeto, hacia mucho frio y en la pantalla que hay en tablero de la camioneta marcaba que teníamos una temperatura de 19 grados, recuerdo que le comente a mi amigo que me encantaba salir de noche cuando llueve porque las calles se transforman en espejos que reflejan toda la pasión nocturna de la ciudad, como siempre Castro (mi amigo) decía que yo me pasaba de “gay” pero es que no puedo evitar amar a mi ciudad. Recuerdo que íbamos a buscar a un panita cerca de un centro comercial, cuando llegamos este se monta y dice que también tenemos que buscar a su novia, que no vivía lejos que aquel lugar, cuando se presentaba el caso de buscar a una mujer yo me bajaba del carro y le abría la puerta con la mayor amabilidad del mundo, estas la mayoría de las veces me agradecían con una mirada seductora. Mientras Castro conducía hasta el destino de la pareja, yo los miraba discretamente con el rabillo del ojo, recuerdo que se besaban apasionadamente, al llegar al lugar que era el Country los dos se bajan (no sin antes cancelar el respectivo costo de la carrerita), y nosotros seguimos “trabajando”, al cabo de unas horas ese mismo día recibimos una llamada de el chico que habíamos dejado con su novia en el country, nos pedía que lo pasáramos buscando, cosa que hicimos, pero esta vez el viaje lo hacia solo el chamo, cuando le preguntamos por su novia este nos dijo que se había quedado porque su madre la pasaría buscando para ir luego a una reunión familiar, y antes de que nuestro pequeño amigo nos terminara de contar todo lo que había hecho con su novia (como todo joven que tiene por primera o segunda vez una novia, quiere decirle al mundo todo lo que hace con ella, es que piensan que ellos son los únicos que hacen eso, menudo error que cometen), llegamos de nuevo a su casa, se bajo se despidió de nosotros y luego nos informo de una rumba a la que iría al cabo de una hora, y nos invito. Cuando íbamos camino a mi casa a buscar un sweater por el frio que hacia, recibimos par de llamadas que atendemos rápidamente, la tercera provenía de un amigo nuestro, un amigo de la universidad, este nos pedía que fuéramos a buscarlo rápidamente por el centro comercial Sambil, como es nuestro amigo le dimos prioridad, al llegar este se sube a la camioneta y nos cuenta que tenemos que buscar a una chica por el country, inicialmente a mi no se me paso nada por la cabeza de lo que le esta pasando a ustedes por las suyas en este momento, así que llegamos al country, y nuestra sorpresa fue al ver a la novia de nuestro panita, hacerse la loca, como si nunca nos hubiese visto, aunque nunca se me olvidara su primera y rápida expresión de cara cuando nos vio, y es que lo disimulo también que nuestro amigo de la universidad no se dio cuenta de lo que ocurría ahí.



Este nos dijo que ahora lo lleváramos para un edificio en pleno centro del Este de Barquisimeto, y mientras vamos en camino, ocurre un Deja Vu, miro con el rabillo del ojo hacia atrás y los veo besándose apasionadamente, pero inmediatamente busque un tema de conversación para hablar con Castor, cuando llegamos al edificio, estos chicos se bajan, y se alejan al entrar al edificio, mi amigo y yo nos miramos la cara al darnos cuenta de que ese lugar era el mismo que nos había señalado nuestro panita hacia rato, nos había invitado para allá, así que asumimos que se iba a formar un enorme jaleo cuando nuestro panita, y el amigo de nosotros de la universidad se vieran, aunque nosotros sabíamos que el panita tendría el derecho de reclamar que hace un mechudo universitario con su novia, pues queríamos estar presente para vivir la “pelea”, resulta que al entrar el panita no esta, y nos ponemos a socializar, y no habían pasado veinte minutos cuando el panita llego, y nuestro amigo de la universidad se nos acerca y nos dice que el panita resulta ser el ex novio de la chama, y nuestro amigo es el actual novio, nuestra cara de impresión fue grande, pero logramos disimularla.

No hubo pelea, no ocurrió nada, cuando ya habíamos dejado a la novia de nuestro amigo en su casa, nosotros le íbamos a contar todo a nuestro pana de la universidad, pero este se nos adelanto y nos dijo que estaba profundamente enamorado, que la chama le movía increíblemente el piso, y que se sentía especial, al pronunciar esas palabras, ni castor ni yo pudimos decirle la verdad, la verdad que nosotros conocíamos, así que preferimos guardar el secreto, por lo que tenemos entendido la chica siguió siéndole infiel a aquel amigo nuestro que cegado por la nube del amor no vio las claras señales de que su pareja le engañaba con otros chicos, nosotros no soportábamos ser testigos de menuda hipocresía hasta que un día habíamos decidió invitarlo a tomarnos unos tragos para contarle todo, y otra vez el destino nos puso alguien en el camino que se nos adelanto a nosotros, resulta ser que la mamá de Castor tiene una hija fuera del matrimonio, pero que compartió toda su infancia con Castor, pero que como no tienen el mismo apellido nadie asume que son hermanos, o familiares, y pues esta niña a quien llamare María a la que fuimos a visitar ese día al medio día, y nos conto sobre su novio y cuando le pedimos que nos dijera el nombre, resulto ser que la hermana de Castor era novia también de nuestro amigo de la universidad, estábamos en medio de una telaraña amorosa y teníamos que cortarla inmediatamente, ya se había expandido mucho y no hacer nada ya seria de hipócritas, así que le revelamos todo lo que sabíamos a María, quien esa misma noche termino con nuestro supuesto amigo de la universidad, y nosotros cancelamos nuestra reunión con el.
Esta fue una vivencia que nunca olvidare por lo involucrado que estuvimos Castor y yo, es increíble como las personas construyen sus telarañas amorosas, y como estas se expanden y se expanden hasta un punto que resultan tan vulnerables que cualquier cosa las destruye, dejando tras de si un mar de dolor para los que menos se lo merecen, en este caso fue María la que sufrió, por culpa de personas que se encargan de llenar sin parar el globo de la hipocresía mundial, sin percatarse de que cada día están mas cerca de que este les explote en la cara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario