domingo, 14 de febrero de 2010

Día del Caimán

El 14 de febrero fecha del amor y la amistad, un día que el sistema lo ha convertido netamente comercial y es que son muy pocas las relaciones de amistad o amor que se crean, de hecho un amigo me comento una vez que el conocía a muchas mas personas que ese día habían decidió romper relaciones que los afortunados y también inteligentes que consiguieron entrar en una en esa fecha. La realidad es que es un día verdugo, no te perdona porque pudiera ser que no tengamos pareja pero seguro que tenemos un amigo así que el sistema nos obliga a llamarlo o enviarle una discreta postal. Ese era mi pensamiento un tiempo atrás, hasta que hace un año conocí a un sujeto, su nombre era Abdil Egel era de Somalia, un país que esta en el cuerno de África, en la actualidad es muy famoso por sus piratas y hoy recordé a ese hombre cuando casualmente recibí una tímida postal de el, estaba escrita en árabe pero que al traducirla decía: “Cuando el caimán me perdone de nuevo la vida, ese día sabré que nuestra existencia no fue en vano, un eterno abrazo y no olvides que Dios es grande y es nuestro amigo”. Unas curiosas palabras para un somalí que casi pierde la vida por una mordida de un caimán en el Orinoco, fue atendido por jesuitas y que cuando le conocí se debatía entre la sutileza del islam y la tosquedad del cristianismo.

La imagen de la postal supuse que era de algún pantano, probablemente de Trinidad pues ahí es donde Abdil vive actualmente. Siento vergüenza de prácticamente haberlo olvidado y de que el se haya acordado de mi, sobre todo después de las conversaciones que tuvimos relacionadas con la fecha 14 de febrero y es que si me hubiese escrito cualquier otro día habría resultado normal, pero por que hoy?.

Hace un año me encontraba por algún lugar al sur de Guárico, estaba con unos compañeros tratando de alejarnos un poco del agite citadino, pero para nuestra sorpresa en ese lugar donde estábamos para la fecha el gobierno nacional tenia planificado reintegrar a su ambiente natural a muchos pequeños caimanes, la delegación estaba compuesta por medianos funcionarios, y algunos extranjeros entre ellos Abdil, aun era temprano cuando empezó el admirable proceso, yo me fui con un compañero hacia una camioneta para observar mejor sin ser victima del fuerte sol que nos cobijaba, de un momento a otro saque una novela “Los perros de la guerra”, y el sujeto somalí lo noto y se acerco, claramente quería conversar sobre lo que me encontraba leyendo, así que intercambiamos opiniones, al principio pensé que exageraba lo que el decía, pero luego al decirme su lugar de procedencia supe que lo que manifestaba no era mas que la realidad asustada, esa que nadie cree. Me dijo que estaba preocupado porque en el pueblo donde habían pasado la noche al despertar vio a jóvenes con ramos de flores, y muchos diciendo feliz día unos a los otros, estaba confundido de tanta fraternidad y armonía, hasta que le dijeron que era el día del amor y la amistad, nos comento que le alivio saberlo pues el conocía muchos lugares donde ese día era el día del caimán, día del caimán? Preguntamos, nunca habíamos oído hablar de ello, y nos conto que es porque nadie quiere rendirle tributos a un ser que si le das la espalda puede comerte y matarte, sino que prefieren rendirle a un ser que no te mata, pero que es capaz de herirte por el resto de tu vida, no con mordidas sino con palabras.

Eran fuertes sus palabras, y su desprecio por la celebración de ese día era evidente, nos conto de su pelea con un animal de esos, nos mostro su herida, y la conversación se extendió durante horas, al final cuando ya caía la tarde me tomo del brazo, señalo el rio oscurecido y me dijo; ellos han estado aquí desde hace mucho, nuestro deber es convertirnos en sus amigos, no al revés, cuando de niño me enseñaron que todos los días eran días de Dios, después de un tiempo y algún sufrimiento me di cuenta de que todos los días pueden ser de mi, de mi madre, de ellos, pero hoy es especial porque les dimos la oportunidad de la vida a ellos, y ganamos la esperanza de tener un amigo.

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